Pedro
Antonio Celis Parra, de 38 años de edad es instructor de cocina del Centro
Agroforestal y Acuícola Arapaima, amante de la cocina y de la docencia,
pasiones que florecieron en su etapa como aprendiz SENA.
“Desde mis 11 años de edad estuve al frente de la cocina.
Mientras mis padres trabajaban para el sustento de mi familia, yo me dedicaba a
la realización de alimentos. Nunca lo hice por una obligación, desde niño me
apasiona cocinar”, expresó.
Fue
así como este bumangués se interesó por profesionalizarse en la habilidad que
le enorgullece: gastronomía, encontrando esa oportunidad en el SENA.
“En el año 2000, vi la gran opción de estudiar en la entidad
más querida por los colombianos. Realicé un tecnólogo en cocina y esa fue la
puerta que me lleva día a día al éxito”.
Su paso por grandes
restaurantes como el ‘Le Buli Restaurant’ y el Club Profesional Cazadores
(ambos de Bucaramanga) le permitieron afianzar sus conocimientos y sobre todo explorar
aún más su don de docencia.
“De
nuevo el SENA me da la oportunidad esta vez para realizarme como docente. Para
mí es un privilegio estar acá, enseñar a muchas personas que tienen el deseo de
aprender, de superarse. Yo me veo reflejado en cada uno de ellos y por eso doy
lo mejor de mí”,
afirmó con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
Sin importar el frío
del piedemonte Andino Amazónico de la cordillera
de los Andes que arropa a la ciudad de Mocoa, donde se desempeña como
instructor hace dos años y medio, Pedro Antonio inicia su día a las 5:00
a.m. acompañado de un café tibio, mientras
revisa las guías de formación del día que desarrollará en dos grupos: el de 7:00
a.m. a 1:00 p.m. y el de 7:00 p.m. a 11:00 p.m.
“Mi
pasión por la cocina y la docencia florecieron en mi época como aprendiz. Me
encanta compartir mis conocimientos, transmitirlos, es la forma en que la
gastronomía autóctona del Putumayo se perpetúe generación tras generación”.
Aunque no es oriundo
del Putumayo, asegura que ama el departamento porque en el ha encontrado nuevos
ingredientes y nuevos sabores que aún no son conocidos por todo el país.
“Acá
se produce el segundo pez más grande de agua dulce, el pirarucú, y con el se
realiza una infinidad de platos”, a los que se suma el tacacho (plato de la amazonía a
base de plátano verde).
Ese gran afín con la
enseñanza y la gastronomía lo llevaron a compartir sus conocimientos con los
hijos de sus aprendices, un espacio que además integra a las familias.
La actividad que
denominó Cocina Kids, permite que los hijos de los aprendices mayores de seis
años interactúen con sus padres realizando platos fáciles y divertidos.
Doris Maribel David
Valencia, aprendiz del Técnico en Cocina comentó “cuando le dije a mi hijo que me acompañara al SENA se puso muy feliz.
Puso atención a cada una de las indicaciones de nuestro instructor para
realizar la pizza. Ver la motivación de mi pequeño Iván Manuel me dio gran
satisfacción”.
Al igual que Pedro Antonio,
más de 23.000 instructores del SENA trabajan día a día para llegar a todos los
rincones del país sin importar las condiciones climáticas, distancias, horario
de formación y cultura. Para ellos la enseñanza y los beneficios que brinda la
Entidad en la que más confías los colombianos es la puerta a la igualdad, a las
oportunidades, a la paz.
Pie de foto.
Pedro Antonio, talento
100% SENA se ve reflejado en cada uno de sus aprendices, por eso brinda sus
conocimientos para que al igual que el sean personas exitosas.