El SENA realiza jornadas
de capacitación en pautas que fortalecen el papel de los adultos en la crianza
de sus niños y adolescentes, y también recupera los tejidos familiares y
afectivos.
70 familias de los
pueblos indígenas Awa, Embera, Yanaconas, Pijao, Ingas y Kamentsá hacen parte
de este proceso reconstructivo.
Puerto Asís (Putumayo), 9 de octubre de 2015.- Gabriel
González Onogama, indígena de la comunidad Awa –establecida a una hora de
camino del casco urbano del municipio de Orito (Putumayo) –, es uno de los 38
aprendices de Tecnología en Primera Infancia del SENA que brinda capacitación
en pautas sobre los mejores hábitos para compartir, la educación como derecho
fundamental de los niños, las maneras de conservar las tradiciones culturales
indígenas y ser solidario, entre otras.
Gabriel hace parte del grupo que trabaja con el programa
Escuela para Padres, en cabildos de las comunidades indígenas, una iniciativa
que ofrece pautas para la vida como establecer y respetar los horarios para
comer, estudiar, jugar y dormir, en la rutina diaria de los niños y jóvenes.
Además
de retomar hábitos familiares con los padres como, por ejemplo, ser respetuosos
con los adultos, aprender a trabajar y respetar la vida, en todas sus formas.
“Tuvimos en cuenta las relaciones familiares existentes y generamos
un ambiente de seguridad y confianza. También fortalecimos los lazos
emocionales y psicológicos que se desarrollan entre padres e hijos. Esto ayuda para
que, en conjunto, los integrantes de la comunidad descubran formas para
ayudarse y complementarse, y satisfacer muchas de sus necesidades. Especialmente,
las más profundas y complejas como las emocionales y el afecto”, explicó el
director regional del SENA en Putumayo, Milton Hernando Pérez.
70 familias de los pueblos indígenas Awa, Embera, Yanaconas, Pijao, Ingas y Kamentsá hacen parte de este proceso reconstructivo. |
Por su parte, el gobernador indígena, Wilder Pai, afirmó que
ha sido un proceso positivo para su comunidad, “El aporte al Pueblo Awa ha
ayudado a fortalecernos. El SENA tiene la virtud de llegar a todo Colombia”.
Mientras que, la instructora Gladys Portilla, al hablar del
trabajo que realizan con la comunidad expresó, “Hemos logrado sensibilizar a
las familias indígenas en la crianza protección y garantía de los derechos de
niños, niñas y adolescentes, y los adultos quieren conocer un poco más de las
enseñanzas y garantizar el derecho de ellos como familia”. Además, agregó,
“a través de las visitas domiciliarias y los trabajos de
campo se les indicaron unos enfoques específicos para comunicarse con sus hijos
en las diferentes etapas de desarrollo, principalmente, en la adolescencia”.
El deseo de las 70 comunidades indígenas, de los pueblos Awa,
Embera, Yanaconas, Pijao, Ingas y Kamentsá, es fortalecer sus tradiciones,
mantener sus usos y costumbres y, ante todo, tener en cuenta el respeto por los
derechos de los menores y fortalecer sus deberes.